"Dilexi iustitiam et odivi iniquitatem propterea morior in exilio"

martes, 4 de marzo de 2014

Carta 7/2/14: Uso de nuestras grabaciones de audio cuando no se cuenta con buenos lectores





El km que cita la carta:

*** km 9/77 pág. 3 La caja de preguntas ***

¿A quiénes puede usarse para leer los párrafos durante el estudio de libro de congregación y el estudio de La Atalaya?

El propósito de leer los párrafos durante las reuniones es beneficiar espiritualmente a los que están presentes. Por lo tanto, deben hacerse esfuerzos para que la lectura en las reuniones sea buena y tenga afluencia. Es difícil para el conductor terminar a tiempo si el lector lee muy despacio. El énfasis incorrecto, la mala pronunciación y la lectura equivocada de palabras pueden contribuir en buen grado a distraer, confundir y perturbar a los hermanos y personas interesadas que están tratando de concentrarse en el material.

La persona a la cual se le asigne este privilegio debe ser un buen ejemplo en la congregación. ¿Debe ser el lector un hermano bautizado? Esto no es un requisito pero es preferible. Si en el grupo ninguno de los hermanos es buen lector, el conductor del estudio de libro puede decidir quién en el grupo puede leer de manera que sea de mayor beneficio a todos los que asisten. En ocasiones esto quizás requiera el que se use a hermanas en el estudio de libro. Sería provechoso asignar a los lectores de antemano.

En lo que se refiere al estudio de La Atalaya, se deben usar los mejores lectores aunque solo haya dos o tres. Aquí también sería mejor usar a hermanos bautizados. En la mayoría de las congregaciones esto no presentará problema alguno. Pero si existe un problema, los ancianos harán los arreglos que les parezcan que mejor sirvan los intereses espirituales de la congregación.


Un tema de tan poco peso en una estructura donde nada se deja a la más mínima iniciativa, da para enviar una carta que debe guardarse entre las cartas procedimentales ¡a nivel mundial! Pero en las congregaciones es importatísimo. Por eso, a algunos cuerpos de ancianos usar las grabaciones de audio les debe haber parecido una buena salida de compromiso en este respecto. Para que se note por qué quizá llegaron algunos a semejante solución, dejaré por un momento mi estilo analítico para contarles una historia al respecto:

Hace algunos años, me tocó ver cómo el asunto de la lectura de La Atalaya durante la reunión en el Salón, puede afectar a una congregación... una ubicada en Yerbas Buenas, VII Región. En esta localidad rural, donde servían un anciano Precursor Especial de apellido Montt, y otro anciano Precursor Regular que le arrendaba una propiedad a un expulsado..., una pequeña congregación (aunque con buena cantidad de varones proporcionalmente) tenía asignadas formalmente en el tablero de anuncios a hermanas para que leyeran La Atalaya. Los varones bautizados, sentados durante la reunión, aunque no estaban censurados, no eran ejemplares a vista del par de ancianos ya descrito. Ante mi visita a la congregación guardaron disimulo, al dirigir el Estudio de La Atalaya el Precursor Especial y leer (improvisadamente a vista de todos) el Precursor Regular (que siendo anciano no veo por qué por último no podían él o su compañero leer regularmente... como si la lectura fuera función menor). Sin embargo, durante el programa noté que había una hermana atendiendo el sonido de la reunión... La atmósfera de la congregación ni siquiera daba para las clásicas sonrisas y apariencia feliz: Sencillamente las cosas andaban mal. Al terminar la reunión, fui al tablero de anuncios y vi cómo una hermana estaba asignada a leer ese día, pero hicieron un cambio de última hora... No faltó el típico hermano (junto con su esposa) que no tardó en decirme "lo mal que estaba la congregación, y la falta de respeto al principio de jefatura", sin importarle que los ancianos oyeran que estaba hablando conmigo. Igualmente, la esposa se notaba muy afectada: las mujeres en general también se ofenden dentro de la Organización porque no se ocupe a sus esposos. El ambiente frío de esta congregación es algo que será difícil de olvidar...

Lidiar con estos asuntos no es sencillo: Aunque podría parecer muy moderno usar hermanas en la lectura (lo que claramente no es ningún pecado, ni siquiera a la luz de esta nueva directriz de la Organización) el ADN de ciertas congregaciones (incluyendo a las hermanas) es algo muy delicado, en vista de décadas de enseñanza en un determinado sentido. Esta es la realidad de muchas congregaciones de Chile (no de todas obviamente). El asunto de la jefatura (se proceda como se proceda) es una de las cosas que causa (y ha causado) muchos conflictos entre los cuerpos de ancianos y los hermanos. Por eso no sorprende que algunos vieran una fría grabación como la salida al problema...

¿Cómo es visto el asunto de la jefatura en sus congregaciones, en particular en lo referente a la lectura pública?


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